Esta semana estoy de descanso, algo así como una especie de “pausa activa”. Intento bajar la intensidad de mi trabajo hacia el final del año y me tomo un par de horas extras para descansar, salir a la calle, apreciar los arreglos de navidad y reír más de lo habitual.
La época de navidad y de fin de año me trae muchos recuerdos de mi infancia y de mi cultura latino americana. Mi ego suele ponerse nostálgico (porque mi alma en realidad no conoce la nostalgia) y se lanza un monólogo sobre el pasado, un poco pesado de llevar. Cuando noto eso sólo RESPIRO. Entonces mi corazón se pone en estado de “agradecimiento total” por todo lo que el año me ha traído, por las enseñanzas, por los abrazos recibidos, por el descubrimiento de nuevos amigos y por los malos momentos. Y es que mi ego “ama” tener una actitud nada Yógica cuando se trata de nostalgia. Pero ahi vamos, creatividad y yo nos lo sabemos “bancar” ahora.
De todas maneras, en este tiempo de “pausa activa” me fijo con mucha atención en mi presente y en lo que hay a mi alrededor. Luego de unos días podré tener más claro lo que anhelo envisionar para el próximo año y escribirlo, pero por ahora el ejercicio es “volver a estar presente”. En este preciso momento puedo permitirme sentir toda la alegría que el año me ha traído. Y me además me permito aceptar que he vivido momentos inesperados y verdaderamente duros, y como bien dicen los maestros Yogis, hay que saber sacar la Paradoja de las experiencias “dramáticas” que nos recuenta el ego. Por que la vida no nos trae drama, sino enseñanzas. Así que nada, el año me hecho más consciente de quién soy y agradezco por todo. Practico este ejercicio luego de mi meditación diaria. Me da mucho ánimo y energía.
Como bien explicaba en el taller de “Transformando tus miedos”, el ego tiende a memorizar los momentos duros relacionándolos con dolor y enojo y nos olvidamos o no reconocemos quiénes somos y en dónde estamos. Cuando aprendemos a escuchar su voz con atención podemos entender que además hay otra voz que intenta ser más fuerte diciéndonos que nuestra esencia es amor. Que no hay otra cosa en nuestra existencia que eso. El resto, es una película del ego. Y por eso tenemos miedo de estar aquí; y se nos pasa el ahora, y se nos pasa la vida sin agradecer al universo lo que tenemos en este preciso momento.
Tómate una “Pausa Activa” antes de visualizarte y proyectarte para el próximo año. Es imprescindible para comenzar con pie derecho lo que se viene. Este ejercicio ayuda a estar alerta y preparado física y emocionalmente.
Puedes utilizar la meditación de regalo en el Newsletter, “checa” (mira) el vídeo aquí, podrás comprender uno de los principios de mi Taller “Transformando tus Miedos”.
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